martes, 19 de febrero de 2013

Educació artística i estética. Fonaments de l'Art plàstic i visual.


En esta asignatura he podido comprobar en primera persona lo poco consciente que podemos llegar a ser sobre nuestras verdaderas capacidades, en muchos casos pensamos que somos incapaces de realizar determinada tarea y tendemos a hacer la comparativa con aquellos que consideramos que  han realizado con mejor calidad tales "hazañas".

Estas inseguridades frente a un folio en blanco, puede ser fruto de una serie de correcciones, comparaciones y críticas poco constructivas que poco a poco, nos han hecho perder la seguridad en nuestras producciones artísticas.
Dado su carácter tan personal y único, cuando nuestros dibujos son atacados, nosotros nos sentimos igual y, aunque pensemos que estos juicios no nos afectan, con el tiempo van dando forma a eta inhibición cuanto a la expresión plástica y artística.
Incluso las personas que tienen habilidad para crear dibujos muy bellos o extraídos de la vida real , que incluso llegan a ser admirados por los demás,  se pueden autolimitar al pronunciar con convencimiento que "No sé dibujar, sé copiar" o "Me gusta más partir de una referencia que me inspire en lugar de empezar a dibujar a partir de mi imaginación".

Con estas frases, me habría definido al inicio de la asignatura. Aunque muchas veces dibujo, pinto, y hago trabajos con papel, me costaba mucho coger un folio y enfrentarme a esa inmensidad para poder llenar el vacío con mis sentimientos, emociones, experiencias, ideas, ilusiones, etc. 

Gracias a estas laminas, que han sido un poco guiadas por mi profesora Carmen E., he vuelto a experimentar con materiales que antes pensaba que eran poco factibles para mis expectativas artísticas. No debemos limitarnos a lo convencional y controlable que es lápiz y al papel blanco, o a los lápices de colores, debemos mancharnos, pringarnos sentirnos integrados en nuestra creación. 

Ahora que he podido experimentar las potencialidades de la tempera, de la tinta china o de las ceras "Manley" (que antes odiaba), se han abierto ante mi nuevas ideas, nuevas técnicas y nuevas inspiraciones. El uso de materiales a los que no estaba acostumbrada, me ha vuelto a sumergir en lo que el arte representa: variedad con desenfreno.

Eso que dicen que pintar y dibujar es de niños, así nos sentíamos en clase de Educación artística y estética, porque nos estaban dando una segunda oportunidad para crear siendo fieles a nosotros mismos, a nuestros gustos, interpretaciones e intenciones. Esa libertad es la que nos hizo sentir como niños, nos hizo sentir la confianza que nuestra maestra depositó en nosotros, la libertad para hacer como pudiéramos y quisiéramos y ante todo, el respeto y ayuda de nuestros compañeros hacia nuestras obras. 

Quiero presentaros una de las láminas que más me ha hecho sufrir, porque me ha retado. En esta lámina debíamos representar lo más real posible, una portada, un cartel de cualquier evento, un folleto, una ilustración explicaderas, etc. de la temática que quisiéramos, la única restricción era que debíamos usar las ceras Manley.

Lo que más me costó fue precisamente eso, elegir el tema, qué dibujar y con qué fin. Dediqué mucho tiempo  tratando de realizar algo realmente ingenioso o atractivo, único. Me estrujé tanto el cerebro que al final, entre esbozos diferentes y barajando diferentes posibilidades, me colapsé y le cogí desprecio a la intención de la lámina cuestionándome incluso su utilidad, cuando es más que evidente que lo es. 
Lo que me frustraba era que no me atrevía, por más que hiciera en folios a parte un esbozo, por más que los demás me incitaran y animaran, no me veía segura. 

Finalmente, me decidí por la portada de un cuento sobre el ratoncito Pérez, a raíz de una historia vinculada en mi familia. Aunque al final el dibujo no fue muy único ni extraordinario, me a acabado gustando representar algo que me había tocado de cerca hace poco, al vivir la experiencia del ratoncito con mi prima pequeña me acordé de la ilusión que sentía de pequeña, y con esta misma dibujé mi portada, como intentando satisfacer los sueños de mi prima pequeña y los míos propios. La inocencia de la infancia eliminó mi cohibición artística. 



La lectura de unos capítulos de un libro, me hizo ver estas inseguridades que padecía en ejemplos ajenos y sin quererlo, abrí los ojos. Como me gusta dibujar, me relaja, me hace sentir realizada, no me di cuenta que esto solo es en la intimidad, que en muy pocas ocasiones conservo los dibujos y que muchas veces les veo defectos que no puedo tolerar, no fui capaz de ver que mis exigencias, eran inseguridades. 

Quiero presentar otra propuesta que me resultó significativa, también con las antes aborrecidas ceras Manley:

En la siguiente lámina se trataba de experimentar la posibilidad de difundir las ceras con el dedo. La primera idea, después de maldecir las dichosas ceras, fue las pocas ganas que tenia de enguarrarme con cera, después, me vi otra vez en esa lámina completamente blanca y sin saber por donde comenzar ni qué hacer. Simplemente tenía que mezclar los colores, pero no me decidía ni cómo ni cuáles. Finalmente, después de unos minutos contemplando los colores y el folio blando, decidí que estos debían conocerse.
Empecé a mezclarlos, primero arbitrariamente, después intentando un paisaje cromático intencionado y poco a poco acabé disfrutando la experiencia y añadí a mi estantería de herramientas, la técnica de difundir con el dedo.



Otras láminas que realicé con cera, pero con otras técnicas son:





Con tinta china, experimentamos diferentes estampados con diferentes materiales, desde telas, papeles, hierbas y otros materiales de deshechos. La siguiente lámina trataba de, a partir de un único material, encontrar 16 estampados diferentes.
Estas dos láminas, me resultó muy interesante, realmente curiosa a la vez que bonita, en cambio, la misma idea pero donde el único material posible a usar sea un pincel, me trajo dolor de cabeza porque era paz de encontrar tantos estampados que no fueran aleatorios, que siguieran un patrón ya que el pincel, a medida que va soltando tinta y se seca, va adoptando una estructura diferente.





Por último, quiero exponer las láminas dedicadas a la témpera. 
Se trataba de hacer líneas diversas con tal de crear diferentes parcelas para después pintarlas con diferentes mezclas.  ¿Parece divertido, no?

La primera foto representa dos láminas, las hice en un mismo folio porque no me quedaban suficientes para todos los proyectos.
El primer dibujo está pintado a partir de los 3 colores primarios: magenta, cian y amarillo.
El segundo está pintado a partir de los 3 colores primarios incluyendo la témpera blanca.
La tercera lámina incluye en lugar del blanco, el color negro y finalmente, en una lámina con 55 parcelas utilicé los colores primarios, el blanco y el negro.







He de admitir que no esperaba tener que verter tanto tiempo en estas láminas, las subestimé en el sentido que me pareció sencillo. Resultó bastante cansado y repetitivo pintar tantas parcelas, fue en la mezcla de los acrílicos donde disfruté observando las entremezclas y los colores que estaba creando a partir de 3, 4 o 5 diferentes. Hubiera disfrutado más la experiencia.

Para concluir esta entrada, quiero hacer una reflexión sobre lo que yo concebía como un dibujo bien hecho, puesto que ahora mi visión ha cambiado. Comprendo que en la expresión artística no existe lo mejor ni lo peor, debemos ser fieles a nuestras necesidades artísticas sin temor a ser juzgados. Cuando yo antes me refería a un talento artístico como el copiado o representar dibujos realistas, evidentemente me olvidaba de la parte explorativa, atrevida y libre que ahora he conocido. Y aunque es verdad que tengo la capacidad de hacer dibujos detallistas y realistas también he de ser consciente que tengo otras muchas capacidades en las que debo trabajar y descubrir. Las potencialidades de cada uno no tiene límites a no ser que él mismo se las fije solo o con la ayuda, o mejor dicho, desayuda, de los demás.  


Dibujo-retrato de mi compañera Antónia (:
Si me lees Antònia, debes saber que, aunque sé que no es un dibujo exacto 100% de la foto que te saqué ese día, esto es lo mejor que te sé representar y sé que, en el caso hipotético que no te identifiques o no te guste, comprenderás que este resultado es fruto de mis capacidades artísticas por el momento.
Para acabar, quiero plantear una situación tan típica que a cualquiera le sonará de haberlo presenciado, vivido en primera persona desde niño o haberla dialogado con uno. El ejemplo es el siguiente:

[Un niño nos presenta su producción artística recién realizada]
-¡Ah!. Qué bonito, ¿qué es?
-Un elefante.
-Le has hecho las orejas muy pequeñas. 

Cabe la posibilidad que el elefante que el niño quería representar fuera de orejas pequeñas, o si no es así, puede ser que aun el niño no posea la capacidad de visualizar globalmente las proporciones de las partes del cuerpo de ese animal. En cualquier caso, debemos evitar hacer este tipo elogios vacíos o apreciaciones como estas que daña la sensibilidad de los niños y cada vez más los frustra en este tipo de expresiones. 
Cada niño es un artista y no necesita otros que le asesoren, lo que necesita es alguien que lo comprenda en su proceso de exploración y plasmación.
Tanto el niño como el adulto o el artista, tienen los mismo objetivos, intentan plasmar sus sensaciones, emociones, reflexiones, asociaciones, etc. sobre sus vivencias en su determinado entorno a partir de los diferentes materiales que motiven sus producciones. 

Ahora que he comprendido esto, he empezado un proyecto diferente a lo que suele ser un dibujo artístico y bonito. Estoy haciendo un libro en blanco. Eso es exactamente lo que estoy haciendo, un libro de folios blancos encuadernado con hilo y tapas de cartón dura.

En este libro es donde pretendo comenzar a dibujar cada vez que tenga una vaga idea o una ligera inspiración, será como un cuaderno de dibujo pero de mucho más valor que si fuera comprado.
Ya que voy a dedicar esfuerzo en hacerlo, no será algo de lo que me vaya a deshacer fácilmente, así es que, si desisto en esta iniciativa, algún día encontraré este libro en alguna estantería  y me hará recordar que no debo cohibir más mi expresión artística y ahí, como si fuera un símbolo de esta libertad camuflado en un libro de encuadernación antigua tendré mis bocetos, mis creaciones, mis ideas y sensaciones.

Cuando lo acabe subiré una foto final, de momento tengo el material y la iniciativa:





















Me tomó 4 años pintar como Raphael, pero toda una vida pintar como un niño. ~ Pablo Picasso.